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EISANE, Health Consulting & School

Noticias

Entrevista a Ana Signes, Coach Nutricional

may 16, 2016

Recientemente hemos celebrado la mesa redonda "El Coaching desde las experiencias de dos nutricionistas" dentro del Máster Internacional en Coaching de Salud Multidisciplinar, en la que tuvimos como ponentes a Ana Signes y a Nieves Carricondo. Hemos querido entrevistar a ambas profesionales para compartir sus experiencias de forma pública, para todas las personas interesadas. Ésta es la entrevista que hemos realizado a Ana Signes:

 

 

Ana cuéntanos cómo defines el Coaching en pocas palabras.

El Coaching es un proceso de cambio o mejora en el cual el Coach hace preguntas que invitan a la reflexión, con el objetivo de construir un nuevo camino para que la persona sea capaz de conseguir sus propios resultados.
 

¿Cuál es tu campo de aplicación del Coaching?

El Coaching lo aplico a la prevención de enfermedades, también forma parte del tratamiento, en la planificación alimentaria de una persona que quiere mejorar su alimentación o en el entrenamiento de hábitos saludables.

En mi caso también lo aplico en el terreno personal, hoy en día me vienen pacientes no solo por temas de alimentación, si no por temas personales. En ocasiones también hay pacientes que acuden para tratar problemas de sobrepeso, pero a veces esto no es la verdadera causa del problema sino un síntoma, entonces hay que ir primero al origen que normalmente son temas de gestión de emociones, creencias limitantes o conflictos interiores no resueltos.
 

¿Podrías compartir algún ejemplo de caso real?

Sí, por ejemplo:

MARÍA. Hace 4 años acude a mi consulta con una obesidad tipo 2, hipertensión arterial y síndrome de C.A.D.A.S.I.L., una enfermedad degenerativa de origen hereditario. Con el paso de los años se van produciendo microinfartos cerebrales que hacen que la persona vaya perdiendo facultades. María venía muy desmoralizada de haber hecho muchas dietas y siempre con el mismo resultado, su estado de ánimo era muy bajo y su actitud muy negativa.

Pero yo observé un hueco por el que podía entrar, le dije que necesitaba que confiara en mí y que íbamos a trabajar de una manera diferente. A través de planes nutricionales adaptados y sesiones de Coaching intercaladas, María fue abriendo la mente, cambió su actitud, la confianza en sí misma mejoró muchísimo. A día de hoy cada vez que acude a su neurólogo de forma anual los resultados revelan que no hay más microinfartos cerebrales, hemos conseguido controlar la tensión arterial y su peso ha mejorado mucho.

PEPA. Acudió a mí no por problemas de sobrepeso, ella estaba en un peso saludable, pero esto a veces no es señal de que estemos sanos.

Pepa tenía una adicción al chocolate, en determinadas situaciones ingería grandes cantidades y no podía parar. Establecimos las bases de una alimentación sana, porque había cosas que corregir, y a través de sesiones de Coaching se dio cuenta de qué le hacía comer de esa forma desmesurada, tomando conciencia de ello y con un plan de acción detallado por ella, el chocolate pasó a un segundo plano y dejó de depender de dicho alimento.

ANTONIO. Un chico joven con un sobrepeso importante, problemas de ácido úrico y con mucho estrés que no sabía gestionar. Realizamos una educación nutricional y empezamos a construir hábitos sanos para entrenarlos. Intercalamos alguna sesión de Coaching para la gestión de su estrés. Antonio trabajó mucho su actitud a la hora de afrontar situaciones y aprendió a poner límites, a decir no.
 

¿Cuál es el perfil de cliente que más acude a tu consulta de Coaching Nutricional o de Salud?

Hoy por hoy el perfil que más se repite son personas que han realizado muchas dietas, sin éxito y que buscan algo diferente. También personas que tienen conflictos con la comida, emociones que no gestionan de manera adecuada y situaciones que no saben cómo manejar. 
 

¿Utilizas el Coaching como método con una estructura ordenada que marca tu intervención, o como un estilo de intervención caracterizado por el uso de algunas herramientas propias del Coaching?

Utilizo el Coaching como estilo de intervención cuando se trata de hacer una educación nutricional o entrenamiento de hábitos saludables, incluyendo las herramientas de Coaching que en cada situación considere oportunas.

Utilizo el Coaching como método con una estructura ordenada cuando se trata de un proceso de Coaching personal/nutricional.

Para mí el Coaching es una forma de trabajo flexible, abierta y versátil en la cual se utilizan herramientas y técnicas en función de las necesidades que presente el paciente. No hay dos pacientes iguales por tanto no hay dos métodos iguales.
 

¿Cómo ha mejorado tu profesión desde que integras el Coaching en tu atención al paciente?

Sin duda alguna mi profesión ha mejorado notablemente. El Coaching me ha permitido llegar más a mis pacientes, comprenderles, empatizar, escuchar de manera activa y esto ha hecho que ellos me vean diferente y a que a la vez se sientan mucho mejor conmigo.

Como profesional me ha hecho abrir la perspectiva, gracias a ello dar un nuevo enfoque a mi consulta y esto ha marcado la diferencia en la calidad de mis servicios. Recuerdo que un paciente me dijo una vez, que cuando pensaba en mejorar sus hábitos o en cuidar su salud la persona que le venía a la mente era yo, porque yo tenía algo que los demás no tenían.
 

¿Hay algún salto cualitativo o cuantitativo? Si lo hay cuéntanos en qué medida y cómo se produce.

Recuerdo que antes de hacer la certificación, yo pensaba que escuchada bastante bien a mis pacientes, pero luego me di cuenta que eso no era del todo cierto, muchas veces, catalogaba a los pacientes o caía en juicios. Era algo rígida a la hora de elaborar los planes nutricionales, a veces también me llevaba problemas de mis pacientes a casa, quizá por un exceso de empatía. Después de la certificación, gané en la forma de escuchar, dejé los juicios a un lado, al escuchar de manera activa apareció la flexibilidad y la empatía mejoró mucho, puede que me deje alguna cosa más, pero todo fue cambiando en cadena. Solo sé que yo había cambiado, pasé de tener una perspectiva cerrada a tenerla abierta y a tener más posibilidades de mejorar mi manera de trabajar.

Respecto a la parte cuantitativa, también han habido cambios, al mejorar el servicio junto con el valor añadido del Coaching, la atención del paciente era diferente y eso tenía muchas mejorar en el tratamiento. Hoy en día tengo más pacientes que buscan mejorar su salud mediante un trabajo de hábitos saludables que pacientes que buscan “ponerse a dieta para bajar peso”, que también los hay, pero pienso que está cada vez más equilibrado.
 

Nos gustaría conocer cómo fue tu trayectoria hasta llegar a ser Coach, desde la profesión de dietista-nutricionista.

Cuando terminé la carrera en Nutrición Humana y Dietética, en menos de un año abrí mi consulta. Durante los primeros años me di cuenta de que me faltaban herramientas, había un vacío bastante grande que mis estudios universitarios no cubrían. Me decepcioné de mi carrera, pues a la hora de ponerte delante de un paciente había que tener en cuenta muchas cosas más a parte de los aspectos alimenticios.

En ocasiones me encontraba con personas desmotivadas, sin ilusión, con pensamientos negativos, con actitudes totalmente reacias al cambio incluso a sabiendas de su situación y de la necesidad de cambiar hábitos. Yo intentaba animar a los pacientes, leía artículos y libros sobre psicología para de alguna manera llegar a ellos, pero también me sentía ocupando un lugar que no era el mío. Pensé en estudiar psicología, pero lo descarté, era una carrera muy larga, había que pasar por muchas asignaturas y algunas de ellas sabía que no me servirían para el trabajo que yo quería desempeñar, no estaba dispuesta a perder mi tiempo.

Empecé a pensar en las necesidades que tenía y me puse a buscar una formación que me aportara lo que yo necesitaba. Fue ahí cuando encontré el Coaching, casi sin saber muy bien de qué se trataba decidí hacer la certificación y me tiré a la piscina. Introducir el Coaching en consulta también tuvo su proceso. Yo estaba acostumbrada a trabajar de una manera y mis pacientes también, pero poco a poco fui creando mí propio método y empecé a utilizarlo en aquellos pacientes que así lo requerían.
 

Ahora, desde tu perspectiva, ¿consideras útil una formación de postgrado en Coaching con una metodología específica en el ámbito de la Salud, para los nutricionistas u otros profesionales de la salud?

Lo considero útil y necesario. Cuando yo realicé la certificación en Coaching, era a modo general. Después de ello, ha habido un largo camino para ir introduciendo esta enseñanza a la consulta, ha habido equivocaciones, obstáculos que mediante la reflexión y la paciencia se han ido superando. También hay que tener en cuenta que mi certificación fue intensiva, fueron 17 días seguidos de formación presencial más luego todos los trabajos y prácticas que se tenían que realizar. Fue mucha información en muy poco tiempo para asimilar, pienso que durante un año, los conocimientos son más dosificados y la información se asimila mucho mejor.

Un postgrado en Coaching con metodología especifica en el ámbito de la salud, es ir directo a la materia en cuestión y tener los recursos necesarios para poderlo llevar a la práctica. 

Un máster en Coaching va a aportar al alumno cambios a nivel personal y profesional. A nivel personal va a experimentar un crecimiento y va a desarrollar una serie de habilidades que antes no tenía o que las tenía pero poco desarrolladas. A nivel profesional, esta nueva forma de trabajo va a permitir llegar más y mejor a los pacientes. Se observará al paciente desde otra perspectiva, se le hará reflexionar, ser consciente y darse cuenta de su situación. Esto va a tener una repercusión positiva en la adherencia al tratamiento pues es mucho más poderoso “mostrar que decir”.
 

En tu caso Ana, ¿además de formarte en Coaching a modo general, recibiste alguna formación específica en el terreno nutricional o de salud?

Sí, con el objetivo de encontrar la manera de aplicar el Coaching en el ámbito de la consulta realicé un par de cursos de Coaching Nutricional, uno en Barcelona en la escuela Nutritional coaching experts en nutrició, y otro en Alicante con María Bascuñana. Sin duda alguna, de los dos el curso que más me aportó fue el de María, por la cercanía, la claridad y la profesionalidad que me transmitió durante el curso. Obtuve herramientas de gran utilidad y también me hizo reflexionar mucho en cómo podría aplicar el Coaching en mi lugar de trabajo.
 

¿Qué consideras que podrían ganar y qué podrían perder nuestros alumnos preparándose desde esta formación que les ofrecemos?

Pueden ganar mucho y perder muy poco. Está claro que aquellas personas que buscamos cómo mejorar nuestra profesión es porque detectamos lagunas que están por cubrir y como buenos profesionales tenemos la necesidad de mejorar, porque al fin y al cabo estamos tratando con dos cosas muy importantes la Salud y las personas.

Ganar: Se ganan habilidades como saber escuchar de manera activa para mí una pieza fundamental, en comprender desde la perspectiva del paciente, en empatía, en comunicación y en la formulación de preguntas que hacen reflexionar. También se adquiere un aprendizaje sobre técnicas y herramientas que son muy útiles para trabajar desde la consciencia y el darse cuenta del propio paciente. Todo esto les va a proporcionar una mayor profesionalidad y un valor añadido.

Perder: Lo único que van a perder es al antiguo profesional que eran, con una forma de trabajo que ya se quedaba obsoleta, para encontrar un nuevo profesional lleno de recursos y nuevas perspectivas.
 

Para ahondar en la reflexión... ¿qué están dejando atrás, y hacia dónde se están acercando nuestros alumnos a puertas de finalizar su formación?

Están dejando atrás un camino lleno de interrogantes y de dudas respecto a la profesión. Si algo tiene el Coaching es que nos hace reflexionar, algo tan básico y necesario para darnos cuenta de donde estamos y donde queremos estar. El Coaching es el despertar de la consciencia.

Están caminando hacia una forma de trabajo que les va a permitir conectar con el paciente de una manera muy especial y esta conexión será la que va a marcar la diferencia entre el profesional de antes y el de ahora.
 

Por último, ¿qué consejos les puedes ofrecer?

A los alumnos que están realizando este máster les diría que si han escogido esta formación es porque son mentes inquietas que buscan mejorarse y dar lo mejor de sí mismos como profesionales y eso para mí tiene un gran significado. Cuando terminen el máster y vayan a sus puestos de trabajo e intenten poner todo lo aprendido en práctica aparecerán momentos de duda, habrá algún paciente difícil, algún fracaso y todo esto será normal, es algo que forma parte del proceso. Posiblemente se encuentren con personas que no quieran profundizar en las preguntas que les hagan. Intentaran poner en práctica lo aprendido y se darán cuenta de que hay personas que “no quieren pensar”.

Tengan paciencia, hay personas más abiertas de mente y otras más cerradas, pero aun así, tengan en cuenta que vivimos en una sociedad inconsciente que no invita a la reflexión, de hecho no nos han enseñado a pensar, estamos acostumbrados a que nos den respuestas.

Intenten ponerse a la altura de cada persona y ajusten el Coaching en cada situación, no van a ser los mismos profesionales de antes porque después de este máster el Coaching formará parte de ustedes. Sean pacientes con ustedes mismos, dense la oportunidad de equivocarse para poder rectificar, apóyense en la reflexión y en la flexibilidad, esto también requiere un proceso. Con el tiempo y la práctica ganarán destreza en esta habilidad, pero necesitan pasarlo.

Otra cosa, en momentos de dudas consulten con sus compañeros, apóyense los unos con los otros, en ocasiones hay casos difíciles y la opinión de un compañero de profesión es de gran ayuda.

Para concluir, confíen al máximo en sus ideas y perseveren para conseguir esa forma de trabajo por la que están apostando.